Descripción del título

El hombre, antes de ensimismarse en sus miedos y angustias, incluso antes de descubrir el amor y sus tormentosas bendiciones, fijó sus ojos en la naturaleza. A ella acudió para representarla en las paredes de sus cuevas y narrar con afiladas piedras su diálogo mudo con la intención de preservar su relato. Después, las primeras civilizaciones supieron conciliar la atracción por la naturaleza y congeniarla con el universo de sus múltiples emociones. Sin embargo, en aquellas civilizaciones no quisieron deprenderse del misterio y la atracción de la naturaleza que les rodeaba, y depositaron en ella -árboles, ríos y montañas- mágicos poderes protectores, para que intermediara con el misterio de lo desconocido. Así, desde los poetas antiguos de China y del Extremo Oriente, como de Mesopotamia alternaban sus odas dedicadas a la intimidad con las que cantaban y celebraban la naturaleza, llegando incluso a convertirla en metáfora expresiva en sus composiciones. Una tradición, ese dialogo con la naturaleza, que árabes, griegos y romanos hicieron suyas, adaptada de acuerdo con su cultura y que se ha extendido a las nuestras
Monografía
monografia Rebiun35617843 https://catalogo.rebiun.org/rebiun/record/Rebiun35617843 240315s2022 sp 000 p spa d 9788413377049 8413377048 UPVA 998614070003706 UPM 991006190114604212 CBUC 991009830260206719 CBUC 991003748255906714 CBUC 991000967631206712 CBUC 991013329435006708 CBUC 991010953214606709 UCAR 991008456403004213 ESAEC spa rdc ESAEC Azul y verde poemas para la ecología del planeta [autores: Abdul Hadi Sadoun, Carlos Pérez, Javier López Cazalla ... (et al.)] Madrid Verbum cop. 2022 Madrid Madrid Verbum 63 p. 20 cm 63 p. Texto txt rdacontent/spa sin mediación n rdamedia/spa volumen nc rdacarrier/spa Verbum poesía El hombre, antes de ensimismarse en sus miedos y angustias, incluso antes de descubrir el amor y sus tormentosas bendiciones, fijó sus ojos en la naturaleza. A ella acudió para representarla en las paredes de sus cuevas y narrar con afiladas piedras su diálogo mudo con la intención de preservar su relato. Después, las primeras civilizaciones supieron conciliar la atracción por la naturaleza y congeniarla con el universo de sus múltiples emociones. Sin embargo, en aquellas civilizaciones no quisieron deprenderse del misterio y la atracción de la naturaleza que les rodeaba, y depositaron en ella -árboles, ríos y montañas- mágicos poderes protectores, para que intermediara con el misterio de lo desconocido. Así, desde los poetas antiguos de China y del Extremo Oriente, como de Mesopotamia alternaban sus odas dedicadas a la intimidad con las que cantaban y celebraban la naturaleza, llegando incluso a convertirla en metáfora expresiva en sus composiciones. Una tradición, ese dialogo con la naturaleza, que árabes, griegos y romanos hicieron suyas, adaptada de acuerdo con su cultura y que se ha extendido a las nuestras Poemas Sa'dun, 'Abd al-Hadi 1968-)